De Canarias a Filipinas: un viaje en cada bocado

Aquí te contamos cómo nació K-mayan Filipino Cuisine: la unión de dos culturas en una sola mesa.

Nuestra historia comienza en dos islas lejanas, pero unidas por el mar y por la tradición de sentarse alrededor de una mesa: Canarias y Filipinas.

En Canarias crecí con guisos caseros, papas arrugadas, pescado fresco y la costumbre de compartir la comida siempre en familia. La cocina era un lugar de encuentro, un espacio donde no solo se comía, también se conversaba y se reían historias.

En Filipinas, mi esposa vivió otra tradición igual de poderosa: la del arroz que nunca falta, los guisos como el Adobo o el Kare-Kare que reúnen a todos en la mesa, y las celebraciones donde la comida es la protagonista. Allí, cada plato lleva consigo un valor de unión, de comunidad, de fiesta.

Cuando unimos nuestras vidas, también se encontraron nuestras cocinas. K-mayan nació de esa mezcla: de la curiosidad por probar, de la ilusión de compartir y del deseo de abrir un espacio donde Canarias y Filipinas pudieran convivir en una sola mesa.

Por eso decimos que nuestro restaurante no es solo un lugar gastronómico, sino una extensión de nuestra casa. Cada plato que servimos refleja lo que somos: una mezcla de culturas, recuerdos y sabores que se convierten en experiencias para quienes se sientan con nosotros en Playa Honda.

Cuando vengas, no solo probarás comida filipina, también conocerás parte de nuestra historia. Porque cada bocado cuenta un viaje, y queremos que formes parte de él.